La venta on-line ha disparado su uso empresas – personas (B2P), por lo que donde antes teníamos envíos entre “mayoristas”, ahora tenemos envíos “minoristas”, El número de envíos por lo tanto crece exponencialmente, pero el cambio también de paradigma tiene otro efecto fundamental, mientras en el B2B los envíos son habitualmente de elevado número de unidades y por lo tanto voluminosos y pesados, los envíos B2P son habitualmente unitarios o de número muy reducido, y por lo tanto pequeños y ligeros.
Este cambio propicia que, donde antes era requerido el envío a través de camiones y furgonetas, ahora son realizados con vehículos más ligeros y en muchos casos llegando a ser en motocicletas e incluso bicicletas.
Es fácil intuir que los nuevos medios de transporte ligeros, los denominados vehículos de movilidad personal (VMP), sean utilizados en breve en mayor o menor medida.
Otra actividad de reparto que ya existía pero que ha sufrido una gran evolución es el reparto de comida a domicilio, pues pese a que ha existido de siempre, la popularización de los smartphones y sus aplicaciones han logrado que el volumen de los servicios hayan subido un escalón importante, pasando además de realizar envíos por barrios a envíos globales y multi-sitio (varios restaurantes en un sólo pedido/reparto).
Por otro lado, la economía colaborativa ha generado que autónomos, den servicios bajo el paraguas de una empresa global para dar microservicios de reparto. Ésta modalidad genera un nuevo reto, ahora es el autónomo el que proporciona el vehículo y es responsable de su mantenimiento y vigilancia de estado de dispositivos que afectan a la seguridad de forma directa (ruedas, frenos, luces, etc.).
Estas dos premisas han incrementado exponencialmente el número de pedidos a domicilio y con ello el número de desplazamientos en motocicletas, habitualmente.
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